En este artículo hablamos de la diferencia entre amor y enamoramiento. Ahora hablaremos del AMOR. Muchos términos y expresiones suenan cursis porque ya se han usado tanto y por otra parte, llegamos a alejarnos tanto de su verdadero significado, que los escondemos para no sentirnos ridículos. En este caso la expresión es: amar es dar sin esperar nada a cambio.

Si por un momento nos alejamos o nos refugiamos en un rincón, y meditamos lo que encierra realmente, seguro que llegamos a identificarnos con su profundo significado. Pero, la vergüenza, que en este caso es otra manifestación de miedo, hace que miremos para otro lado, porque tememos más lo bueno por venir que lo malo que tengamos en nuestra vida.

Los que quieran mirar, tienen un ejemplo de valentía en los animales. Aquellos y aquellas que tienen la suerte de compartir la vida con un animal, entienden rápidamente de lo que hablo. No hacen otra cosa que dar y dar, a cambio de cuidado y compañía. Pero incluso a quien los maltrata, les llega a tener tanto amor que son incapaces de hacer otra cosa que estar a su lado.

Nos enseñan lo que es el amor incondicional, la alegría de dar, la lealtad… Todas ellas cualidades que deberían ser propias del ser humano, pero que necesitamos de los otros seres vivos para darnos cuenta de que es para eso para lo que hemos nacido. La sabiduría y la inteligencia es lo que nos distingue de ellos pero muchas veces demostramos justamente lo contrario, que los sabios e inteligentes son ellos.

Una de las manifestaciones de amor incondicional es precisamente la de dar, no ya tan sólo sin esperar que te devuelvan el favor, sino ni tan siquiera que sepan que los has ayudado. Hacer el bien incluso a quien no te quiere bien o te quiere mal es una manera de romper, por medio de la no lucha, una cadena de odio y resentimiento que no lleva sino a seguir en un bucle negativo toda la vida.

No es necesario ir corriendo a darle un abrazo, entre otra cosa, porque no lo entendería y te podrías llevar un sopapo, pero sí a enviarle buenos deseos, fruto del entendimiento de que esa persona está llevando una lucha interna sobre todo muy fuerte e importante. Algo ve en ti que le despierta esos sentimientos y vuelca toda su frustración y malestar interior hacia lo que ve fuera.

Cuántas situaciones, por muy largas que parezcan, pueden arreglarse de esta manera. Aquí no hay vencedores ni vencidos sino experiencias vividas y aprendizaje por ambas partes. No es necesario un trono ni un patíbulo, porque todos y todas estamos en el mismo barco. Lo que no aprendemos por nosotros mismos debemos hacerlo con los que nos rodean.

Ayudar a personas de forma anónima es quizá la manifestación mayor de amor que puede realizarse. No es que se deba hacer así, pero hay ocasiones en las que es la mejor o la única manera posible. Nuestro ego siempre quiere reclamar el protagonismo y dejarse ver en busca del reconocimiento por parte de la otra persona, pero si lo controlamos, estaremos haciéndolo realmente desde el corazón.

Quizá haya alguien que se ha alejado de ti por alguna razón. ¿Por qué no ayudarle si puedes hacerlo, independientemente de la forma en que se haya alejado? No tienes por qué renovar su amistad o volver a ser su pareja, pero si puedes, podrías ayudarle. Aquí vemos cómo el perdón es una manifestación de amor.

Incluso a alguien que no conozcas, si puedes ayudarle de alguna forma, ¿por qué no hacerlo? Tampoco se trata de ir por la calle buscando a quien ayudar, pero con un gesto amable, una palabra amable, igual cambias el día de una persona, que necesitaba de eso para que su vida se hiciera más soportable.

Pero el amor también lo ponemos en otros aspectos de nuestras vidas. En el trabajo bien hecho, en tus quehaceres, tus aficiones. Permite que se manifieste en todos los aspectos de tu vida. La música y el arte son dos de las manifestaciones de ese amor.

Permite que llegue a ti también. Tanto de otras personas como de ti. Dedícate tiempo a sentir la naturaleza ya sea el campo o la costa. Siente sus sonidos, que te envuelvan y te llenen de su energía. Escucha buena música. La clásica es el mejor ejemplo posible. Cualquier manifestación artística que te produzca ese efecto y te haga sentir bien. Deja que su vibración te invada y te llene. Prueba a estar delante de un cuadro o una fotografía que por alguna razón te llame la atención. Párate enfrente, si es posible sentado o sentada, cierra los ojos y siente. Todo aquello que te permita sentirte mejor no es otra cosa que una manifestación de amor. Una energía cósmica universal que nos rodea pero que debemos permitir dejar entrar en nosotros.

Dicen que para amar hay que ser valientes. Hay que serlo para quitarse de encima todo aquello que nos impide poder manifestar todo lo que sentimos de verdad, sin escondernos, sin miedo a ser vulnerables, a enfrentarnos a los obstáculos que aparezcan en el camino, viéndolos como una manera de seguir creciendo.

Esto no es sólo por una pareja, lo es también para uno mismo o una misma, para la familia, amigos o simplemente el vecino que siempre nos ha hecho la vida imposible porque no sabía hacer otra cosa, más que nada, consigo.

Ahora bien, lo fundamental para que todo esto sea posible es que sientas amor por ti mismo o ti misma. El amor propio es imprescindible, ya que nadie puede dar lo que no tiene. Si alguien te pide dinero y no lo tienes no puedes dárselo. Aquí ocurre lo mismo. El amor propio es precisamente aplicar para uno todo lo dicho anteriormente, ser justos con nosotros y nosotras mismas y saber perdonarnos.

El siguiente vídeo es un tema que narra una historia de amor algo extraña, pero que ocurre muchas veces. Amamos a alguien pero no sabemos cómo transmitirlo y muchas veces logramos el efecto contrario. Otras veces por miedo a sentirnos vulnerables. Es una historia triste en el fondo, pero creo que muy bien contada que podemos aplicar a todas las facetas de la vida sustituyendo los personajes de un matrimonio por otros cualesquiera. Todo en definitiva son relaciones personales o interpersonales.

¿Qué es lo que no te permite SER? Es muy importante hacernos la pregunta para que pueda llegar la respuesta. Ésta acaba llegando. Cuando lo sepas y quites todo aquello que te lo impida, irás descubriendo más y más de ti. Acabarás por conocerte, reconocerte realmente, y te amarás profundamente. Así podrás compartir lo que ahora has recuperado.

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